LAS DIOSAS DEL DESEO (PARTE1)



He tratado de ser buena persona, solo los dioses saben que siempre he deseado hacer las cosas bien, ser justo con mis decisiones, intentar darle a todas las personas lo que realmente se merecen, valorándolas no por lo que son, si no por lo que hay en sus corazones, por sus intenciones. Y yo me he comportado como una persona noble con todo el mundo, porque aun veo algo de bondad en sus corazones. Por qué me inspiran felicidad, deseo estar bien con todo el mundo. A veces me puse  demasiado amistoso,  e hice amigos por todos lados, lo cual me trajo problemas. Ahora soy un poco más reservado con las personas, pero digamos que casi siempre intento, pasar un momento agradable con todo el mundo, porque no me gusta estarme ejercitando todo el tiempo. Digamos llevo una vida más bien en un estado de reposo. Pero hay algo que me molesta muchísimo y me saca de quicio. Es la injusticia. Los malos que se quieren acaparar todo. Esas personas que no tienen ni un atisbo de juego limpio. Yo quiero llegar a la meta, sí. A la cúpula, estar en lo más alto, pero quiero ganármelo. Y ser merecedor de eso. A nadie quiero quitarle algo que se merezca, algo que sea suyo por méritos propios, a mí no me interesa tenerlo. Yo deseo, lo que yo merezco y lo que me pertenece por derecho y por ley. Lo que es de ley. ¿Entonces por qué hay personas que están en el lugar equivocado? están precisamente en donde no merecen estar! Y entonces, voy caminando por la calle, felizmente tranquilo, mirando hacia el frente tal vez, con la mirada un poco perdida hacia el horizonte, visualizando cual va a ser mi próximo paso. Y alguien te reconoce. Y desea algo de ti. ¿Qué busca en mí? Alguien que yo no conozco.

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