ANGELES Y DEMONIOS (PARTE4)



Tal vez si existan esos demonios y tal vez si existan esos brujos, pero acá el meollo del asunto. Si somos guerreros con un espíritu libre, y una voluntad lo suficientemente fuerte para ser el dueño de todas nuestras acciones. Si realmente se tiene un corazón verdaderamente puro, con el deseo de conseguir siempre el bien, y por ende tener un buen gusto y una clase de alma supremamente elevada,  no hay que temer. Si el bien y el mal nos confunden, es por eso que debemos defender a un dios benevolente que será la máxima expresión de todo lo bueno en lo que hemos decidido creer. Aquel noble caballero ara música tan fuerte que no sonaran los rezos y la mierda de los demonios, y su voluntad será tan firme, que aplastara cualquier espíritu maligno. Nosotros que nos negamos a ser fanáticos y misticistas, simplemente no creeremos en el mal de la forma en la que ellos lo creen ¿espíritus maligno? ¿Demonios? ¡Por favor! Son simple sandeces de un niño fanático, entonces tendremos que hablar de ¿espíritus santos? Y de ¿ángeles? Para hablar de cosas buenas. La verdad no me imagino una discusión con alguien que diciéndome que me va a meter un demonio, la verdad preferiría abofetearlo, antes de de explicarle que no temo a sus demonios, por el hecho de que tengo ángeles que me protegen y me cuidan de todos ellos. Creo que una voluntad firme sería suficiente para aplastarlo. Y si el gusto de ese momento es golpearlo, así será. 

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